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Durante el 3ª edición de ESN Connect, organizada por Boond, Martín Binet , gerente de operaciones en Andrice dirigió un taller sobre la lealtad de los vendedores. El orden del día incluyó intercambios sinceros y comentarios en torno a un desafío común a todas las NSE: cómo retener de forma sostenible a sus equipos de ventas en un entorno competitivo y en constante evolución. Desde la definición de los objetivos hasta la remuneración, pasando por la gestión, la cultura corporativa y el reconocimiento, los participantes identificaron cuatro palancas clave para transformar la lealtad en una estrategia sostenible.

La primera clave mencionada por los participantes se refiere a la definición de los objetivos comerciales y al alcance de la acción. Con demasiada frecuencia, los recién llegados comienzan sin una base concreta o visibilidad en sus cuentas, lo que genera frustración y desmotivación.
Cada contratación debe ir acompañada de una cartera existente, compuesto por una base de actividades que ya están en marcha (una docena de cuentas, por ejemplo). Esto permite anclar la relación desde el principio en una dinámica de éxito y proyección.
Es fundamental no permitir que los vendedores empiecen desde cero.
La remuneración debe entonces reflejar la realidad de la cartera: se basa no solo en el margen generado, sino también en la posibilidad de firmar y desarrollar las cuentas confiadas.
Los objetivos se establecen de manera conjunta entre el vendedor y el gerente, a fin de evitar la percepción de una meta «inalcanzable». La idea es encontrar un equilibrio: metas que sean lo suficientemente ambiciosas como para despertar el deseo de superación, pero alcanzables para mantener la motivación a lo largo del tiempo.
Los intercambios también destacaron el papel de la trazabilidad: todas las decisiones, objetivos y ajustes deben formalizarse por escrito. Esto asegura la relación, evita malentendidos y permite volver de forma transparente a los compromisos asumidos.
Esta rigurosa incorporación y seguimiento promueve un sentido de equidad: el vendedor sabe hacia dónde se dirige, en qué se le evalúa y cómo puede progresar.
El segundo eje principal se refiere a la gestión y a la calidad de la relación con la jerarquía.
Lograr la lealtad de un vendedor requiere sobre todo un marco de confianza, donde las expectativas son claras y la comunicación es coherente. Este marco se basa en gran medida en la liderazgo gerencial : tienes que saber cómo hacer que tu equipo participe y transmitir buenos valores a diario.
Se compartieron varias prácticas recomendadas:
La administración no es solo una función de dirección, sino también una Palanca para aumentar la competencia. Los vendedores esperan que sus gerentes sean mentores reales, capaz de hacerlos crecer, de exponerlos a entornos de aprendizaje (eventos, intercambios entre compañeros, proyectos internos) y de transmitirles conocimientos concretos.
Un buen gerente es aquel del que se quiere aprender, que encarna el éxito sin imponer, que motiva con el ejemplo y la competencia.
Para apoyar a sus equipos, la dirección también puede:
Los participantes insistieron en la valorización de la calidad.
Medir el rendimiento solo con números ya no es suficiente. El establecimiento de un Cuadrícula de competencias (rigor, uso del CRM, colaboración, comunicación, respeto de los procesos) permite objetivar el progreso e impulsar discusiones sobre la evolución más precisas.
Este enfoque valora tanto la inversión como el resultado, lo que fomenta comportamientos virtuosos a largo plazo.
En un trabajo que está altamente orientado a los resultados, los vendedores a veces pueden sentirse «separados» del resto de la organización. Sin embargo, la lealtad también implica el sentimiento de ser parte de un proyecto colectivo.
Los debates pusieron de relieve varias palancas concretas:
Esta participación crea un fuerte vínculo entre el éxito individual y el éxito colectivo. También promueve una mejor comprensión de la estrategia, lo que ayuda a los vendedores a dar sentido a sus acciones diarias.
Los participantes también mencionaron la necesidad de visibilizar la ruta de evolución. Conocer la escala salarial y los niveles posibles (más de 20 000€ para un puesto directivo, por ejemplo) permite a los empleados proyectarse a sí mismos.
La transparencia en las etapas de progreso y los criterios para acceder a nuevas responsabilidades contribuye directamente a la retención.
Tenga en cuenta que estos procedimientos serán obligatorios en 2026 con la Directiva europea sobre transparencia salarial.
Esta animada cultura corporativa también se nutre de momentos compartidos: seminarios, sesiones de prospección colectiva o un simple trabajo en equipo en torno a una cuenta común. Estas iniciativas contribuyen para crear relaciones y mantener la motivación, especialmente en organizaciones híbridas o parcialmente remotas.
La remuneración es, obviamente, uno de los principales impulsores de la lealtad. Sin embargo, según los participantes, solo desempeña todo su papel si es fácil de entender, justo y evoluciona con el tiempo.
Se compartieron varios principios:
Sin embargo, una remuneración atractiva no basta si va acompañada de una pérdida de sentido, un entorno laboral en declive o una sobrecarga administrativa.
Este taller puso de relieve una convicción compartida: fidelizar a sus vendedores no es imposible, siempre y cuando lo haga. prioridad estructurada. La claridad de los objetivos, la transparencia de la gestión, la participación en la visión corporativa y un modelo de remuneración legible constituyen las bases de una relación duradera. Más allá del desempeño, es la coherencia entre el significado, el reconocimiento y la proyección lo que retiene el talento. La fidelización no consiste solo en evitar las salidas, sino en crear las condiciones para que cada vendedor quiera crecer con la empresa.
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